LA CARRETA NAHUA
La gente se siente sobrecogida de terror cuando oye pasar la Carreta nagua, que sale como a la una de la mañana, en las noches oscuras y tenebrosas.
La Carreta nagua al caminar hace un gran ruidaje; pareciera que rueda sobre un empedrado y que va recibiendo golpes y sacudidas violentas a cada paso. También pareciera que las ruedas tuvieran chateaduras. La verdad es que es grande el estruendo que hace al pasar par las calles silenciosas a deshoras de la noche.
Las que han tenido suficiente valor de asomarse por alguna ventana y verla pasar, han dicho que es una carreta desvencijada y floja, más grande que las corrientes, cubierta de una sábana blanca a manera de tolda. Va conducida par una Muerte Quirina, envuelta en un sudario blanco, con su guadaña sobre el hombro izquierdo.
Va tirada par dos bueyes encanijados y flacos, con las costillas casi de fuera; uno color negro y el otro overo.
No da vueltas en las esquinas. Pues si al llegar a una tiene que doblar, desaparece; y luego se la oye caminando sobre la otra calle.
Nadie sabe a ciencia cierta qué objetivo tengan las andanzas de la Carreta nagua. Creen algunos que pasa anunciando la próxima muerte de alguien; pues ya se ha visto que al siguiente día de haber pasado, una persona enferma de pronto, se pone «mala» y muere. ésa dice la gente que se la llevó la Carreta nagua—por el hecho de que habiendo estado sana, enfermó y murió por el pase de la mortífera carreta.
Son pocas las personas que aseguran que la Carreta nagua no va tirada por bueyes, ni por ningún otro animal. Dicen que camina sola, es decir, por su propia virtud. Pero sea como fuere, la verdad, es que su paso es temido por la gente del Barrio porque les crea un ambiente de incertidumbre y desasosiego; y los hace interrogarse a sí mismos:
«¿Pasará hoy por mí?—¿Estaré yo en la raya?»
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